Viajes que pudieron ser y no fueron – Fragmento 2.
Actualizado: 22 de jul de 2020
Volveremos a diseñar para vivir los viajes desde una nueva realidad, más humana, más tranquila, más natural.
Portugal, mayo 2020.
4:00 am, el taxi los está esperando en el portal de la casa para llevarlos al aeropuerto Barajas en Madrid. Un primero de mayo en el que celebrarían el Día del trabajo, con una escapada de fin de semana a Lisboa, Portugal.
Esto es simplemente nuestra imaginación tratando de recrear una aventura que les habíamos diseñado para que fuera inolvidable.
Lisboa, una ciudad que parece triste, que cuando la caminas te contagia un poco de nostalgia. 9:00 am y ya están caminando por la plaza comercio, buscando la parada del tranvía 15E que los llevaría al barrio de Belem. La rivera del río Tajo y el monumento de los navegantes que los saludan a ustedes y a todos los turistas que visitan esta zona. Llegan a la puerta de Belem y deciden parar y disfrutar de las vistas. Continúan caminando, y ven una cola larga de personas que sale de una casa blanca y azul y se van a hacer la fila. 30 minutos después se están comiendo los mejores pasteles de Nata del mundo.
Ya perdieron la cuenta de cuántos kilómetros han recorrido, pero no se permiten parar. Llegan al barrio de Chiado, el lugar más Bohemio de la ciudad. Por los callejones se encuentran cafés, tiendas de souvenirs y pequeños restaurantes. Caminando sin mapa, dejando que la vida les muestre el camino, llegan al Mirador de San Pedro de Alcántara y pareciera que todos los astros se alinean para disfrutar del atardecer y de las espectaculares vistas de este lugar.
Una canción triste que parece flamenco, esa sensación que se mete por cada poro del cuerpo, que te hace imaginar una escena melancólica, aunque no entiendas la letra. Un concierto de Fado en un restaurante pequeño del barrio de Alfama es el mejor final para el primer día en Lisboa.
En el punto más occidental de Europa, el cabo de roca, el viento parece que los va a tirar al suelo. Es el acantilado donde termina el continente, el océano Atlántico parece más inmenso, más impenetrable. Se sientan a disfrutar un poco del tiempo libre y a planear la última noche en Lisboa.
Este viaje terminó muy rápido y nosotros, en Go and Travel disfrutamos imaginariamente cada paso que dieron. Los vimos, en cada compra que hicimos, en cada hotel que reservamos, en cada excursión que planeamos.
Pero siempre dicen que existen las segundas oportunidades, siempre siempre las cosas se pueden hacer mejor. Así que acá estamos nosotros, su equipo de viaje esperando el momento perfecto para volver a viajar.
Y que la imaginación nos lleve a todos a explorar un nuevo destino.